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La tormenta no necesariamente se debe al cambio climático

Algunos comunicadores jóvenes hoy día dicen cosas en un lenguaje y timbre de voz que le agrada muchos a sus lectores o a sus receptores de mensajes, ya sea cuando desde las redes graban mensajes de voz en videos digitales o escriben artículos, o bien cuando escriben en los diarios impresos o cuando hablan a través de la radio, teniendo esta última una gran audiencia al igual que los internautas a través de las redes. Sin embargo, no nos sorprendamos tanto de los efectos de la tormenta o de la magnitud de esta. Las lluvias y las sequias son fenómenos a los que estaremos abocados en el planeta en que vivimos, lo que no niega que el Cambio Climático es una realidad, pero ni el fenómeno de El Niño ni el de La Niña son nada nuevos.

Partiendo de que el Cambio Climático  se debe -aparentemente- a las acciones humanas, partiendo de que la mayoría de las sociedades se han organizado bajo la bandera de la desigualdad social, contribuyendo la estructura de clases en una depredación de los recursos naturales, deberíamos remontarnos a la revolución industrial que comenzó en Inglaterra a finales del siglo XVIII con las innovaciones a la máquina de vapor por James Watt, aunque antes de las revoluciones burguesas ya la desigualdad social existía. Sin embargo, fue a partir de las máquinas que el dominio de la naturaleza fue creciendo y la contaminación hasta límites que la naturaleza como sistema no soportaría sin que se evidenciara el desorden. Hace varias décadas la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL) publicó un numero en la revista que publicaba donde daba cuenta de que el fenómeno de El Niño era bastante viejo, aunque no se refería a los inicios de la Revolucion Industrial.

A esto último se debe  el haberse estimado a que el río Támesis en Londres desde los inicios del siglo XIX ya estaba muy contaminado, pero pese a que se comenzaron a tomar medidas desde entonces para limpiarlo, se tomaron 150 años para reducir la contaminación hasta un mínimo soportable para la vida. El Calentamiento Global y el Cambio Climático son una realidad como que el sol sale todos los días y que está llegando el clima a niveles insoportables tanto con las bajas como con las altas temperaturas.

Sin embargo, la eclosión de tormentas y huracanes existía desde tiempos inmemoriales, puede que ahora lo que esté ocurriendo es que las grandes lluvias desastrosas en condiciones anormales sean más frecuentes pero las cantidades de lluvias acumuladas sean menos o sean insuficientes por la deforestación a que hemos sometido nuestras zonas boscosas. Ya en 1972 la ONU realizo una Conferencia Sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en Estocolmo, Suecia. En ese entonces se veía la amenaza al Medio Ambiente por las acciones humanas, sin embargo, aquí en nuestro país  era mucho lo que faltaba para ver la depredación de los recursos naturales; recordamos que una visita que hiciéramos con un grupo de familiares al municipio de Hostos allí podía existir una suerte bosque primario o selva virgen y muchas lagunas, algunas aves raras que no conocíamos, nada de eso que hoy existe. Hoy día, en su lugar, existen parcelas sembradas de plátanos y quizás otros frutos menores, por lo menos hace 20 años de los humedales ya no quedaban huellas.

No debemos sorprendernos por grandes lluvias, pero si debemos cuidarnos de los fenómenos naturales y procurar pone empeño en cuidar el medio ambiente y tratar de contribuir a frenar el cambio climático. En noviembre  del 1909 hubo unos 9 días de lluvias ininterrumpidas en la Línea  Noroeste y casi todo el país, precisamente como ahora las nubes lluviosas no traían la ruta del sol como los grandes ciclones que se forman en África, las cuales destruyeron las viviendas del poblado de Guayubín, se le llamó la tormenta de San Severo o la Aniega (a ella se refiere el cuento: 2 Pesos de Agua); poco después, en enero (janvier e francés) de 1910 en Paris hubo no menos de 8 días de lluvias ininterrumpidas que inundaron a esa ciudad. En Ambos casos fueron diluvios. En esos días el cometa Halley se acercaba a la tierra, curiosamente algo parecido ocurrió 1985 que ese cometa se acercaba a la tierra, cuando nubes desde el oeste provocaron una tormenta más pequeña y tumbó la antena de Color visión. Según Isaac Asimov, en el año 2800 Antes de Cristo se produjeron unas inundaciones en Sumeria, lo cual viene a ser los que los cristianos han llamado el Diluvio Universal, en unos 150,000 kilómetros cuadrados, pero creían eso debido a que casi no había navegación y se creía que el mundo era muy pequeño. Las aguas subieron hasta siete metros de altura y tales inundaciones dejaron un muro de limo del que se han encontrado huellas.

Todo esto a lo que apunta es a que el control del medio ambiente es un asunto de lo que debe encargarse el Estado, en cualquier país del mundo, pero es a cada gobierno en cada país al que le corresponde actuar, para preservar los recursos naturales en su territorio para preservar el planeta y la vida del ser humano y de todas las especies. No es un asunto de interés privado es de interés público porque es de todos los ciudadanos. Las cuencas acuíferas no pueden ser privatizadas.

Necesariamente para preservar el medio ambiente hay que afectar la libertad de comercio, porque el gobierno tiene que poner orden, la economía debe estar regulada para poder defender el medio ambiente y la vida. No podemos seguir permitiendo que la polución envenene el aire que respiramos y el ruido de los vehículos y de los centros nocturnos ruidosos con la contaminación acústica acaben con la salud y la vida de las personas; se hace necesario poner límites a la importación  de vehículos de motor de combustibles fósiles, porque es muy exagerado el parque de vehículos de motor que tenemos, por igual detener el uso de los envases plásticos. El Estado dominicano debe hacerse cargo, a través del gobierno de la limpieza de los cauces de los ríos, la prohibición de las construcciones de viviendas en las proximidades de estos, así como de la reforestación de todas las cuencas altas, medias y bajas de todos los ríos del país, al igual que de la preservación de los pocos manglares que aún nos quedan, el cultivo de árboles de cafeto de sombra en las montañas y dejar de estar promoviendo tanto el turismo de un futuro incierto. Junto con un control de la tasa de natalidad el Estado de organizar el territorio urbano, procurando impedir que sean urbanizadas tierras de suelo A-1 de humus negro muy aptas el cultivo agrícola. Deberá tratar de evitar la contaminación de las aguas subterráneas, poniendo reglas en la deposición de las materias sépticas de los baños en zonas rurales y urbanas, si no hay plantas de tratamiento.  De ese modo, podemos poner un grano de arena como contribución para frenar el cambio climático.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

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