Mediante la extinta Comisión Presidencial para la Reforma y Modernización del Estado instaurada por el decreto No. 484-96, con el auspicio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la Caja de Compensación Familiar (COMFAMA), Medellín-Colombia; deciden concebir el Programa para la Negociación y Resolución de Conflictos, los cuales imbuido por la metodología de la Universidad de Harvard y la Pedagogía de la Tolerancia en Antioquia de Colombia, lanzan lo que estos denominaron como Iniciativa para la Solidaridad y la Convivencia.
Es así como en junio de 1998, elaboran el “Manual del Facilitador” con el interés de “…desarrollar desde la sociedad dominicana iniciativas que conduzcan a su fortalecimiento a través de estrategias educativas y culturales, con el propósito de acompañar y profundizar las capacidades….para la negociación y resolución de los conflictos”.
Onofre Rojas, quien fungía como secretario ejecutivo de la Comisión en la presentación de este manual, dijo que “El conflicto es una condición inherente a los procesos de modernización y de cambio en cualquier sociedad”. Agregó que “Se estructura y existe a partir de la diferencia de objetivos, intereses, visiones y realidades que las personas y los diferentes grupos sociales involucrados, tienen sobre los procesos que a diario influyen sobre su vida”.
Recordar que en ese año y el siguiente, en la República Dominicana hubo cientos de protestas sociales por la sociedad civil y líderes comunitarios en demandas de empleos, salud, educación, viviendas, etc.
También decía que “En los últimos tiempos, y con las dificultades propias de nuestro proceso político, la concertación social y los pactos políticos han sido la norma en la resolución de los conflictos y los mecanismos empleados para impulsar las reformas”.
Onofre señala que “Los estudios sobre conflictividad y violencia en el país, dan cuenta que la segunda causa de muerte de las mujeres dominicanas se la violencia”, confirmando en su razonamientos, las protestas de organizaciones de la sociedad civil de la zona norte del Distrito Nacional y el flagelo de la violencia en la ciudadanía.
Señaló “La violación permanente de los derechos humanos en los centros carcelarios”, sin obviar los que ocurrían en los distintos destacamentos policiales de los 38 barrios.
Destacaba que “…es preocupante que nuestra sociedad, aun prevalezcan formas de discriminación a grupos de población gracias a su sexo, color, nacionalidad o creencias”; agregamos las discrepancias por pertenencias a partidos políticos.
Dado esos desafíos de la sociedad dominicana, realizó un llamado a los/as “…que estén dispuestos a trabajar por una reducción de la agresividad y la intolerancia cotidiana y a fomentar una cultura de negociación pacífica de conflictos, a través de personas que estén dispuestas a comprometerse, formarse, capacitarse y luego a formar a otros y otras en el Programa Negociación y Resolución de Conflictos…”.
Por último decía que “…el propósito de que se apropien de sus contenidos, los profundicen y sean capaces de reinterpretar, enriquecer, transmitir y compartir con todas y todos…” estos conocimientos y habilidades.
El Manual de Capacitación a la persona facilitadora de esta iniciativa en la introducción estaba “…concebida como una propuesta teórica metodológica que tiene como fin compartir algunas ideas y reflexiones que resulten eficaces en la preparación, desarrollo y evaluación de la Iniciativa para la Solidaridad y la Convivencia a través del Programa Negociación y Resolución de Conflictos”.
El indicado manual consistía en 4 fases. La primera era para narrar sus objetivos, propósitos y la metodología. La segunda, trataron los conceptos de resolución alternativa de conflictos relacionado al conflicto. La 3ra consistía en enunciar los principios básicos de la persona negociadora según la universidad Harvard. La cuarta, hizo énfasis en los requisitos que debería poseer un facilitador/a.
Detalles de las 4 fases:
La primera fase o parte, pregunta ¿Qué es la Iniciativa para la Solidaridad y Convivencia?, en donde decía que “Es el conjunto de medidas y recursos humanos, físicos y financieros dirigidos a emprender acciones de promoción y divulgación, formación e inversión que contribuyan a crear las bases de una ética ciudadana construida a partir del desarrollo de nuevas actitudes, valores y acciones propicias a la tolerancia, la solidaridad, el respeto, la responsabilidad social y el desarrollo humano”. Comprometiendo a la ciudadanía a asumir acciones para promover la solución pacífica de conflictos con compromisos y responsabilidades.
El objetivo principal de la iniciativa era “…la búsqueda de alternativas diferentes a la violencia, consideradas como la única forma de resolver conflictos…”
El Programa de Negociación y Resolución de Conflictos “Es la materialización de la iniciativa para la Solidaridad y la Convivencia, que consiste en brindar los instrumentos teórico-metodológicos con el propósito de desarrollar capacidades y habilidades para la solución pacífica de las diferencias y búsqueda de la concertación”. La persona facilitadora o mediadora, recibiría un entrenamiento para poner en prácticas las técnicas, herramientas y habilidades.
Tres estrategias y 3 objetivos del programa
Las estrategias para promover la paz social en la República Dominicana consistían en tres: Formación y sensibilización en técnicas de Negociación y Resolución de Conflictos. Producción de materiales pedagógicos. Divulgación y promoción de la Iniciativa a través de los medios de comunicación.
Tres eran los objetivos del programa. “Aumentar y extender su percepción del proceso de prevención y resolución de conflictos y negociación y habilidad individual”.
El segundo “Compartir un marco analítico operacional para prevenir y manejar conflictos y conducir negociaciones desarrollado en el Proyecto de Negociación de la Universidad de Harvard” e “Ilustrar cómo ese marco y algunas herramientas analíticas se pueden aplicar para analizar y preparar la resolución de conflictos y negociaciones venideras”.
Población al que iba dirigido el programa
Las personas consideradas para ser parte del proyecto, eran aquellas que poseían interés en capacitarse como negociadores y, para tales fines tenían que demostrar “…capacidades negociadoras y de liderazgo, que cumplan funciones de mediación, intermediación y negociación” de conflictos en sus comunidades.
Demostrar que contaban con el aval de organizaciones de la sociedad civil, iglesias, clubes u otras organizaciones sociales y comprometerse a ser el denominado “agentes multiplicadores” de la Iniciativa.
Requisitos para adquirir la categoría de “un buen facilitador”/a
Para ocupar esa posición de sensibilización, mediación y negociación de conflictos en la comunidad, esa persona tenía que responder a 10 preguntas, en cuyas respuestas debería responder en el entrenamiento para responder a las etapas y objetivos de la Iniciativa.
Dentro de las cuales se destacan algunas que entiendo son apropiadas para comprender las responsabilidades que obtendría la persona que desempañaría el rol de facilitador/a en la sociedad.
Pregunta I: ¿Qué hace competente a un facilitador? Destaca dentro de los mismos: “Un conocimiento amplio del tema, del público objetivo y de la metodología”, la “capacidad y sensibilidad para generar un ambiente participativo, de espontaneidad y creatividad”. Prosigue que “Su disposición personal responsabilidad” y, “Su seguridad en la transmisión del mensaje”.
Otras destacadas “El manejo adecuado tanto del grupo como de las técnicas”, tomar en cuenta “Un lenguaje corporal y verbal coherente”, contar “Su habilidad como comunicador”, poseer “Su sentido de la tolerancia: buen humor, apertura y disponibilidad para compartir con los participantes, es decir, enseñar con el ejemplo”.
Continúa desplegando otros requisitos “Su capacidad para ordenar y organizar el trabajo del equipo y del grupo”, entre otros detalles que requería la persona para convertirse en facilitador/a.
Para que esas personas facilitadoras adquieran esas habilidades, tendrían vía su práctica, demostrar las competencias para cumplir ese rol.
Otros detalles que a consideración de la persona facilitadora, es saber cómo se preparan los equipos de facilitadores; que tienen que hacer antes y durante la capacitación. Asimismo, como organizar los temas de la facilitación, las actividades previas que debería tomar en cuenta; como establecer estrategias de participación de las personas asistentes y finalmente, cómo deben usar las denominadas carteleras y otros aspectos.
Segunda Fase de la Capacitación
Esta fase plantea los siguientes lineamientos y ejes temáticos para que la persona facilitadora, entiéndase bien, no es para realizar la función de mediación, es para socializar esta iniciativa a los diversos actores de la sociedad dominicana.
En ese sentido, sugiere trabajar en la capacitación en la diversidad e importancia para entender y manejar de manera adecuada el conflicto. Adiciona el tema “Conflicto y Negociación”, en la que indica que “El conflicto es un fenómeno constante, que surge en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana y en toda forma de vida en relación con otros”. Sigue que “Es el estado natural del hombre; es el motor de la vida psíquica o interior que mueve a los sujetos hacia la creatividad y el progreso”.
Para las personas actoras de la controversia era necesario saber “Identificar el conflicto es conocer el verdadero problema, su origen, los actores, causas y circunstancias que han llevado a una situación dada” a la vez “…establecer las consecuencias que ha generado y las barreras que impiden superarlo”. En ese orden, abordó otras razones y circunstancias de identificación.
Sobre las causas que provocan e incitan a un conflicto entre las personas, informa “La existencia de intereses diferentes o complementarios y de posibilidades limitadas para su satisdación”. Establece que la “Toma de posiciones extremas” e “Interpretaciones erróneas”, entre otras causas que debe de manera clara estar sosegado la persona facilitadora de estas herramientas y estrategias.
Señala además, que existen unas palabras claves del conflicto, tales como: intensidad, progresividad, posición, formas de expresión, actores involucrados y los escenarios en el cual se presentó u ocurrió el conflicto.
Para responder a los tipo de conflictos citados, el manual ofrece las diversas formas de respuestas que dan las personas e entidades a los conflictos, indicando en ocasiones se les ocurre ignorarlos, evitarlo, aceptarlo, rechazarlo, disfrutarlo, manejarlo, promocionarlo, suprimirlo; entre otras acciones, aunque debería afrontarlo con mecanismos adecuados y pacíficos como la Mediación, Negociación, Conciliación, Facilitación u otros métodos alternos. Esa cultura es la que combate estas facilitaciones de comunicación.
El método alterno a la que se refiere el manual es el de la Negociación, de la cual subraya que “…la negociación consiste en diagnosticar el conflicto, definir las bases sobre las cuales se va a negociar y lograr los propósitos planteados”. En ese aspecto menciona que “No son sujeto de negociación los derechos fundamentales de la vida, la salud y la dignidad humana”. En todo los espacios sociales en los que nos desenvolvemos negociaremos, escuelas, trabajo, vecindad, iglesia, cooperativa y en la sociedad civil.
Existen diversos estilos de negociación, dentro de los cuales se encuentran: negociación dura, negociación blanda, negociación por intereses; según el Manual del Facilitador/a.
En la Tercera Fase, detalla el marco analítico básico de la negociación en donde 7 elementos se desarrollan bajo la sombrilla de tres componentes: personas en el que se hace ahínco en la comunicación y relación. Problemas: es fijarse en los intereses, opciones y criterios de legitimidad que poseen las personas en el conflicto.
Por último, decisiones en las que asumen compromisos y alternativas. Para una mayor eficiencia de la negociación es considerable tomar en cuenta a las personas, el problema y “…no negociar con base en las posiciones sino en los intereses” de las personas.
En el marco analítico básico existen 7 situaciones a reflexionar: preparar negociaciones, evaluar negociaciones, identificar intereses, mejorar la comunicación, fortalecer la relación, generar opciones y conocer alternativas. En ese caso el Manual del Facilitador/a desarrolla cada uno de estos aspectos, para que la persona facilitadora de las jornadas de sensibilización sea capaz de plantearlas en las jornadas de capacitación.
La Fase 4 aborda la metodología que debería utilizar la persona facilitadora para ilustrar las citadas 7 reflexiones. En esa fase plantea que para poder contar con las herramientas de facilitador/a, tiene que poseer conocimientos amplios del tema a tratar, de la población objeto y la metodología. Entre otras responsabilidades y habilidades.
Mientras que, para impartir los talleres, debe manejar las dinámicas e interacción con las personas participantes, que de manera democrática y participativa han decidido formarse. Considerar que “El desarrollo de cada actividad se inicia con la debida explicación de los objetivos de la actividad” y que las “…dinámicas han sido diseñadas como guía, es decir, el facilitador puede introducir en ellos variaciones que obedezcan a las características específicas del grupo”. Entre otras sugerencias de aplicación en la referida capacitación. *El autor es mediador certificado, periodista, abogado y docente de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD). https://elnuevodiario.com.do/los-dialogos-nacionales-para-resolver-conflictos-sociales/