NUAKCHOT.- El expresidente mauritano Mohamed uld Abdel Aziz, cuyo juicio acaba de iniciarse tras dos semanas de suspensión, negó todas las acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito durante su mandato (2008-2019), informaron este viernes a EFE fuentes judiciales.
Pese a haber arrancado el pasado enero, el juicio contra Abdel Aziz comenzó efectivamente ayer con un interrogatorio por el juez al expresidente y a dos testigos, explicó el presidente del Colegio de Abogados Mauritanos, Brahim Ebetty, en declaraciones a la prensa.
En la vista -que continuará el próximo lunes- Abdel Aziz negó las acusaciones que le fueron dirigidas de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencia y despilfarro de bienes del Estado, sin entrar en detalles.
Centró su declaración sobre su mandato y afirmó que consiguió mejorar la economía del país.
No obstante, los dos testigos interrogados durante la sesión desvelaron algunos métodos de enriquecimiento del ex-hombre fuerte de Mauritania.
Uno de ellos, el empresario Selmane Brahim confesó que el expresidente escondía en su casa importantes cantidades de dinero en efectivo.
Precisó que el último monto que le entregó fue 1.170 millones de uguiyas (316 millones de euros) y detalló que la mayor parte de este dinero procedía de fondos que fueron destinados para financiar la campaña de Abdel Aziz para las elecciones presidenciales de 2019.
Selmane añadió que el expresidente le adjudicó personalmente dos licitaciones, una sobre la adquisición de 100 vehículos para los servicios de seguridad de tráfico y otra para la compra de tela para una fábrica de uniformes militares.
El segundo testigo, el exministro de Enseñanza Ba Ousmane, declaró que durante su mandato recibió una orden oral del entonces primer ministro Yahya uld Hademine para vender algunas escuelas a personas cercanas al expresidente.
Hademine está también juzgado en este caso junto a una decena de personalidades cercanas al expresidente mauritano.