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Deberes, derechos humanos y educación

Los derechos humanos: Según datos históricos confiables, el surgimiento de los derechos humanos proviene desde la idea de Ciro el Grande en el año 539, quién, después de haber conquistado Babilonia decidió dejar libre a los esclavos. Por consiguiente, esta idea se va a extender posteriormente por gran parte del planeta, y se va a plasmar en leyes que luego van a contemplar una serie de derechos para los seres humanos, vigentes hasta nuestros días, que, las cuales, en definitiva, sirven para mejorar el desarrollo de las personas en gran parte del mundo.

Los deberes humanos: Así como existen los derechos humanos, también existen los deberes, que, a mi juicio, resultan más importantes que los primeros, por la sencilla razón de que llevándolos a cabo fielmente ya estamos garantizando los derechos de las demás personas, situación que a menudo no se da en a la inversa, porque es muy común que solamos exigir nuestros derechos, pero nos cuesta trabajo, muchas veces, cumplir nuestros deberes. No en vano existe el planteamiento de qué «los derechos son las obligaciones que debemos cumplir. Se ha hecho muy común hablar y plantear cuestiones respecto de los derechos humanos, lo cual está muy bien, pero es mucho mejor completar los planteamientos humanos, recordando con toda claridad que los derechos y los deberes son correlativos y que la perfección humana más corresponde a quienes cumplen bien sus deberes, que no solo a quienes piensan en sus derechos y soslayan el cumplimiento de sus deberes.» Sin embargo, vemos a menudo y con claridad meridiana, cómo en la actualidad vivimos una cultura en donde se priorizan los derechos humanos sobre los deberes ciudadanos, costumbre que se ve reforzada no solo en los medios tradicionales de información, sino también, en las redes sociales, en la música, entre otros.

Derechos humanos deberes y educación: A todo esto, debemos preguntarnos, ¿existe en nuestras normas educativas una promoción eficaz de los deberes y los derechos humanos? Comportarse de manera fraterna con el prójimo; defender sus derechos sin abusar de la gente; respetar al prójimo; decir siempre la verdad; ser puntual en todos los actos sociales, empezando por la escuela; hacer y entregar mis tareas en el plazo y la fecha establecido; contribuir al establecimiento de un orden social, entre otros más, son solo unos cuantos de los deberes que forman –o deberían– formar parte de la educación en todos los niveles, iniciando por los primeros años de la escolaridad, y mucho más ahora, cuando, desde boca del propio ministro de Educación se ha escuchado la iniciativa de la creación de un código de ética que rija las relaciones entre el personal docente y el estudiantado, lo cual está muy bien, pero resultaría mucho más provechoso si se añadiera además, un código de deberes que bien vendría a fomentar y a sembrar valores éticos y morales en los futuros y futuras hombres y mujeres que hoy están en las aulas, pero que mañana serán los compromisarios de que tengamos una mejor sociedad.

Fuentes:

Quiosco Periódico Digital