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Es mucho lo que se ha mostrado sobre las bondades que ofrece el turismo como entre económico en la República Dominicana. Desde la década de los años 70, y como forma de diversificar nuestra economía, se ofrecieron una serie de incentivos para catapultar el turismo y lograr crecimiento económico, a la vez que se daba a conocer el atractivo de la República Dominicana en las distintas latitudes.
Desde esa fecha, una serie de leyes e incentivos fueron dictadas con efectos positivos, logrando que hoy en día el turismo sea la principal actividad económica en nuestro país, por encima incluso de otros sectores productivos.
Del mismo modo, y más recientemente, se ha lanzado una estrategia para apoyar una serie de servicios, fuera del turismo, denominados “servicios modernos”. Aquí se incluyen esos servicios no tan tradicionales, pero con potencial para insertarse y desarrollar nuestra economía: el diseño, el cine, la arquitectura, entre otros, pudiendo los mismos visibilizarse de forma especialmente relevante a través de la plataforma tan competitiva que ya nos ofrece el turismo y su servicio de hospitalidad.
Hace unos días, la muy valorada plataforma web Trip Advisor reconoció a nuestro país como el primer destino turístico más popular del Caribe, y el noveno a nivel mundial, tomando en consideración las preferencias de los viajeros que utilizan su web para planificar sus vacaciones. Esta preferencia dentro de los usuarios por nuestro país permite, del mismo modo, aprovechar para visibilizar a través del turismo esas otras bondades en la prestación de los servicios que ofrecemos, y que se incorporan al turismo en una perfecta simbiosis.
Nuestros hoteles, además de ofrecer confecciones y artesanía de la más alta calidad diseñadas por dominicanos, ofrecen a quienes nos visitan actividades artísticas que envuelven danza, teatro y escenografías de alta calidad, así como canto y ejecución musical cada vez más profesionalizados. Las noches de cine, proyectando películas dominicanas, y las bellezas que ofrece nuestro país, pases de moda de diseño y manufactura local, entre otras.
Par impulsar estas nuevas formas de ver los servicios no necesitamos de mucho esfuerzo o recursos económicos adicionales, basta con dirigir estrategias hacia lo que ya hacemos-y hacemos muy bien- y trabajar unidos hacia ese fin.